Como sociedad nos toca vivir en un periodo histórico vinculado a cambios acelerados y constantes en las nuevas tecnologías digitales e Internet. Esta era de innovación, combinada con la pandemia derivada de la enfermedad COVID-19, ha implicado una profunda transformación en nuestras prácticas sociales.
Gracias a la accesibilidad de Internet y las plataformas sociales fue posible continuar con la educación formal. Pero, también nos expuso a diversas situaciones de riesgo y violencia que atentan, principalmente, contra nuestros niños y niñas; estos riesgos trascienden localizaciones geográficas y límites claramente establecidos fuera del entorno digital, incluso, podríamos desconocer cómo tomar acción ante el ciberacoso, la captación de menores (grooming), la pornografía en línea, el recibir o enviar desnudos (sexting), y el exceso de tiempo en línea.
Según los resultados sobre violencia en Hermosillo de la Consulta Infantil y Juvenil 2018 (INE), la proporción de niños y jóvenes, de 6 a 17 años, que fueron maltratados o sufrieron algún tipo de violencia, es de 12.8%, siendo más afectado el grupo de 6 a 9 años (20.9%), y, 5.0% afirma que en Internet se presentan prácticas de maltrato o violencia.
Hoy, Internet y la tecnología digital tienen una presencia constante en la vida de los niños, niñas y adolescentes. La Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (INEGI) muestra que, en 2018 (publicación más reciente) la población infantil de Hermosillo representa un importante número en los usuarios de Internet (23.5%); de teléfono celular (18.8%) y de los usuarios de computadora (27.2%).
El estudio “Derechos de la niñez: Estudio sobre el acceso, consumo, y socialización en línea de menores en México y España” de 2018, permite visualizar a grandes rasgos la situación actual de la infancia y la forma en la cual utilizan Internet en Hermosillo: 49.3% de ellos utiliza el celular como el medio principal para acceder a Internet; 40.5% utiliza Internet para visitar contenidos en plataformas sociales (Facebook, Snapchat, Instagram, Whatsapp, entre otros); 49.9% no comparte sus cuentas y contraseñas con sus padres, y, 77.3% no tiene activado el servicio de localización GPS.
Debemos llevar a cabo un esfuerzo colectivo que garantice a nuestros niños un entorno en línea más seguro y les brinde apoyo para que tomen decisiones informadas, basadas en una genuina sensibilización de los riesgos. Hagamos más por ellos.